Mi nombre es Javi Moreno y soy adicto. Es la enfermedad que padezco y que la tendré hasta el fin de mis días. 

Mi vida ha estado completamente por el consumo y en estas líneas intentaré detallaros algunos de los cientos de horribles episodios que he vivido en mis carnes a consecuencia de esta enfermedad.

Para comenzar mi historia me remonto a mis 14 años, donde estudiaba en un colegio privado. En esa época, me escapaba algunas tardes con algunos compañeros a beber a un túnel que teníamos detrás del colegio. Bueno, me gustaba y era joven, no le daba ninguna importancia por aquel entonces, pero la realidad es que de todo un colegio de más de 500 alumnos, sólo unos 6 o 7 éramos los que nos escapábamos, así que muy normal no era.

En el instituto, algunos compañeros, dejábamos de ir a clase, a veces a las 9 A.M., para irnos a beber. Comprábamos botellas de anís y las consumíamos como si fuera agua, pero entendía que esto entraba dentro de lo "normal" en esa edad. No le daba ninguna importancia. Lo que si es cierto, es que yo era el único que siempre repetía.

A los 22 años comencé a trabajar en una tienda de móviles, mi compi y yo éramos los mejores vendedores de todas las franquicias, la realidad es que siempre he sido un gran trabajador, algo que me ayudaba a celebrarlo con alcohol. Me lo merecía y pensaba que ese premio lo tenía más que merecido. Casi todas las noches, mientras pasábamos los datos de cierre a nuestra central y después de la larga jornada, aprovechábamos para pedirnos al menos un par de copas para acompañar la última hora de trabajo, ya a puerta cerrada.

Los mejores planes para mi siempre han sido celebraciones, quedadas o viajes que de una u otra manera el alcohol me acompañe en mi vida. Eso de ir al campo a caminar, o cualquier plan parecido, era aburrido.

A los 26 años me hice empresario, la verdad, empecé a ganar dinero demasiado rápido y en los primeros años tampoco era demasiado difícil, lo que me ayudo a compaginar el trabajo por la mañana y buscar a alguien para comer juntos, aunque la verdad, comer era lo que le vendía a mi cabeza, lo guay era toda la bebida antes, durante y después de la comida hasta que mi cuerpo aguantara. Esto no era todos los días, pero desde luego mucho más de lo normal. Sin duda, mi consumo de alcohol excesivo era al menos dos o tres veces en semana. Eso sí, en casa nunca he bebido yo sólo, con lo que me vendía la idea que no era alcohólico. Sólo me daba premios por lo bien que me iba y porque me lo merecía. Estuve con esta empresa hasta el año 2012, y seguí creciendo hasta tener 60 trabajadores a mi cargo y seguía ganando. Si fuera alcohólico, como podía irme tan bien?. Cualquier excusa era buena para beber, comidas con clientes, comida con trabajadores, quedadas con amigos.

Estaba hinchado en aquella época por el alcohol, pero lo achacaba a lo "bien que comía", pero tenía un problema. Cada vez quería beber más y cuando me emborrachaba, mi cuerpo no admitía más alcohol. Cuando tenía 26 años, hice un viaje de trabajo a un país europeo con un "amigo", y Dios Mio, me dio a probar la cocaína. Al principio me dio miedo, el alcohol estaba aceptado por la sociedad, pero la cocaína era para drogadictos y yo no lo era, o al menos eso creía. Me daba hasta "mal rollo", meterme un tubo por la nariz para absorber un polvo blanco. Aún así, mi "amigo", me insistió que me iba a alegrar y lo hice, y joder, se abrió un nuevo mundo para mi, aquello fue increíble, el colocón del alcohol desapareció, me sentía fuerte, potente, enérgico, mi boca masticaba chicle sin tenerlo. Como podía haber tardado tanto en probar aquella droga?. En esos días, mi "amigo", llegó un momento que dejó de consumir y se acostó a dormir, o en cambio, hasta 20 minutos antes de salir a aeropuerto de vuelta estaba Sen la habitación del hotel metiéndome y bebiendo. No quería que aquello acabara, se me pasó incluso por la cabeza quedarme allí. Escribiendo esto se me ponen los pelos de punta de las sensaciones de aquel momento y en lo que ha derivado en mi vida. El alcohol es un depresor y la cocaína un estimulante y la mezcla de ambas es una bomba, pero que a mi me permitían seguir bebiendo, y eso era increíble. Sólo consumía cocaína esporádicamente y en dosis pequeñas, era suficiente para mi, si bien con el tiempo, esa sensación de euforia fue desapareciendo y sólo me permitía beber más, pero sin aquellos primeros síntomas de sentirme Supermán. Podía beber más, así que me seguía sirviendo.

Mis consumos de alcohol me han hecho que haga el ridículo delante de al menos cientos de personas en multitud de ocasiones, y me quedo corto. Poca gente habrá que no sepa que tenía esta enfermedad, excepto yo que no quería verlo. Claro, si lo admitía, me lo iban a quitar. NI DE COÑA!.

Al final, aunque todo mi entorno, incluido mi mujer y mis hijas, sabían que mi consumo de alcohol no eran normales, de algún modo lo aceptaban, primero porque manipulaba lo que fuera necesario y segundo, porque ellas eran coadictas y hasta que que no conocen el tratamiento existente y el enfermo no se pone en recuperación, no conocen otra salida que "aguantar el tirón", e intentar controlar que el adicto consuma lo mínimo posible.

Mi enfermedad fue a más, de ahí que sea "progresiva", el alcohol lo tomaba de vez en cuando, pero el día que podía y la ocasión lo permitía, "en grandes dosis", y eso me hizo que si en los consumos no tenía a mi gente al lado mía, la gente terminaba marchando a su casa y yo me quedaba sólo y seguía bebiendo.

En una de mis borracheras en la que estaba sólo quería seguir bebiendo, así que terminé en un "antro" para buscar que me vendieran cocaína y con esa mezcla favorita para mi adicción, estuve 3 días fuera de casa, sin aparecer, sin devolver una llamada... DESAPARECIDO.

Fue terrible volver a casa, sentir esa frustración y ese vacío que con palabras no se puede explicar. Quería morirme, imagino que mi familia también. Prometí no volver a hacerlo, pero esto ocurría cada 3 o 4 meses. Que me estaba pasando?, no bastaba con beber una noche entera hasta emborracharme?, ni yo mismo me lo podía explicar, siempre me prometía a mi mismo volver a casa pronto y no "liarla", pero era inevitable, mi enfermedad me estaba cogiendo terreno y yo era incapaz de aceptarla. Cuando me tiraba épocas sin consumir lo tapaba con compras compulsivas, viajes o con regalos para mis allegados. Nada me llenaba.

En Junio del año 2007, estuve 5 días consumiendo alcohol y cocaína, sin dormir y sin comer absolutamente nada. Mi familia me denunció en la policía como desaparecido. Mis padres me contaron deambulando por la calle y me llevaron al hospital donde taraba mi hermano y después de hidratarme y no se cuantas cosas me hicieron de prueba, me dijeron que tenía el hígado destrozado y que si seguía bebiendo, no tardaría en que aquello no tuviera remedio.

Madre mil, había tocado fondo, prometí no volver a consumir y hice hasta Octubre de ese mismo año, donde en una reunión me dí la "licencia", de volver a beber, pensando que después de unos meses de abstinencia, podía volver a controlarlo. Estuve, de nuevo, tres días fuera de casa. La vuelta fue la peor de todas, había vuelto a fallar, sólo tenía ganas de morirme, y lo peor es que después de ese arrepentimiento y viendo a mi familia destrozada, a los pocos días, volví a desaparecer otra 3 o 4 días.

Ni a mi peor enemigo me gustaría que pasara por lo que yo pasé. Fue ese el momento de dejarlo todo e ingresarme en un centro y así hice.

Pasé allí dos meses y medio ingresado, pasé mis navidades en el centro, alejado de mi familia, mi casa, pero estaba haciendo lo que debía. Mi vida se había vuelto ingobernable y ay estaba bien de sufrir. Aún así, y queriendo ser un buen "alumno", me peleaba con el tratamiento. Porque no podía ir no a comprar el pan durante los primeros meses?, porque no podía ir a ver a mis padre?, y así todo. Eso hizo que tardará año y medio en mi primera recaída oficial. Si soy sincero además, creo que en aquella época, renunciar al alcohol de por vida no lo había aceptado. Eso del "NUNCA MÁS", no era para mi, era muy joven y el alcohol está muy bien visto por la mayoría de la sociedad. Durante los años siguientes, volví al mismo centro una vez más, volví a recaer al tiempo, fuí a terapias durante dos años, volví a renacer, Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos, ingreso en otro centro, psicólogo... Cada vez pensaba que mi adicción había llegado a un punto de no retorno y que mi final tarde o temprano iba a ser trágico. Si esta es mi vida, os podéis imaginar como ha sido la de mi mujer, mis hijas, mis padres, etc., HORRIBLE lo que les hecho pasar. En mi penúltima recaída de 3 días, ocurrió algo diferente, no sentí el apoyo de mis hijas que me dieron la espalda y dejaron de mirarme a la cara. Y ahora que?, estaba destrozado, eso me hizo volver a recaer a los pocos días, sólo quería abandonar esta vida consumiendo, pero ni así. Volví a casa, y comencé a hacer el tratamiento, renunciando de por vida a cualquier tóxico, y no saltándome ni una sola pauta de las que conozco por mis múltiples años de tratamiento.

No ha sido fácil, pero con el tiempo, he conseguido el amor, cariño, y confianza de mi familia. Se sienten orgullosos de mi, yo también. lo estoy. Tengo una vida plena y digna donde valoro levantarme todos los días y dar gracias por estar un día más limpio.

Conozco perfectamente como funciona la mente de un adicto, como nos hacemos la cama para consumir, como engañamos, manipulamos(incluso a nosotros mismos), y con mis miles de horas de terapia y tratamientos y después de meses planteándomelo y viendo que las drogas están cada vez más extendidas, ha llegado el momento de aportar mi valor al servicio de la humanidad, ayudando tanto al adicto, como a las familias a ponerse en recuperación.

Para ello, se necesita un seguimiento diario del adicto, para corroborar que sigue las pautas y evitar recaídas.

Hay que dejar claro que en muchos casos, el entorno del que se rodea el adicto es vital. En la mayoría de los casos, tendrá que cambiar de amigos, incluso el entorno y por supuesto tendrá que dejar durante un tiempo de asistir a eventos donde, con seguridad habrá alcohol como mínimo.

Ni que decir tiene que la adicción conlleva ruina económica, salud deficiente y un sinfín de cosas más que sin duda acaba con la locura, la cárcel(hay veces que se recurre al robo, tráfico de drogas, etc), o la muerte(sobredosis, accidente de tráfico, etc).

Lo más difícil en el tratamiento es dar el primer paso, ya que son muchas las cosas que habrá que cambiar y muchos los esfuerzos que habrá que hacer, pero os puedo garantizar que tanto por el propio adicto en sí, como por el resto de las personas que lo rodean(Coadictos), la recompensa que ofrece es infinita.

Es importante saber que la adicción no entiende de clases sociales, ni sexo, ni nada, de hecho en mi caso, he sido empresario de éxito, lo cual me permitía gastar más en mis consumos, y el que no tiene, lo busca de forma alternativa, llegando al robo externo, robo en casa o traficando. Hay muchos adictos como médicos o abogados que han terminado viviendo en la calle a consecuencia de esta enfermedad.

La única vía posible de salida a esta enfermedad es con la ayuda de un adicto recuperado, como es mi caso que conoce todas las herramientas para aprender a vivir sin consumo y tener una vida plena.

Las recaídas son muy peligrosas, ya que después de un tiempo sin consumir, el paciente, una vez que sufre una recaída, vuelve exactamente al mismo lugar de su último consumo y a veces el cuerpo no admite después de mucho tiempo sin consumir, las mismas cantidades, lo que puede desembocar en una sobredosis, y puede provocar la muerte.

Sin ayuda externa de un profesional, es IMPOSIBLE que un adicto deje de consumir por su propia voluntad.

SI quieres, puedes, de eso no hay duda, pero antes de que sea demasiado tarde, ponte en mis manos y déjame ayudarte a reconducir tu vida.

No te voy a negar que el camino al principio no será fácil, pero si te dejas llevar y haces caso al 100% de toda mi metodología, te aseguro que los beneficios son increíbles y verás la vida como nunca la has visto. SI y sin consumir tu vida será mejor. Disfrutarás de pequeñas cosas que antes no lo hacías, del cariño de tus seres queridos, de viajar y de un sinfín de cosas más.

Mi Viaje hacia la Recuperación: Historia Personal de Superación de la Adicción